En la década de 1970, se adquirió la propiedad con el objetivo de extraer arena para un proyecto.
Durante muchos años, la propiedad quedó relegada al olvido, recibiendo mínima inversión y llegando incluso al borde de una posible invasión por asentamientos precarios. Ante este riesgo, se renovó el interés por la finca, iniciándose un proceso de mantenimiento y embellecimiento a través de la plantación de diversas especies arbóreas. Entre ellas se destacó la Melaleuca quinquenervia, un árbol exótico originario de la costa oriental de Australia, conocido comúnmente como Corcho Australiano. El nombre de la finca, "Los Corchos de Santa Inés", fue inspirado por esta especie y por el nombre del río cercano, el Río Santa Inés.
En el año 2018, como azar del destino una nueva generación toma posesión de la finca, sin mayor conocimiento de los menesteres de la agricultura se aventuran a buscarse un propósito junto a dicha tierra y en ese momento se concibe la idea de hacer un proyecto que pudiera darle mas valor a la tierra, pudiera generar fuentes de trabajo en la zona y generara ingresos para cubrir los costos. A partir de ese año se empiezan con tarea fundamentales como resolver las limitaciones del agua y de mejorar las tierras, para poder instaurar una plantación de Pitahaya Orgánica.
Guanacaste, Costa Rica
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